8-10 de octubre 2004
Zarangollos, chirretes, panaderas, parranderas y paparajotes….. El Diario no se ha vuelto loco, el Diario ha entrado en territorio comanche y los Ángeles de Charlie han salido en misión especial: A buscar agua… ¡¡¡Agua para todos!!!
A Murcia, hay que llegar de noche, y así lo hicimos. En un lugar donde en pleno octubre, los termómetros marcan 35 º a la sombra, lo más cabal es llegar de noche. Parece ser que al estar en un valle, se condensa todo el calor y en verano es la “sartén” del Levante. Pero a pesar del clima y de la caló, el Diario quería comprobar personalmente qué era eso de “Murcia qué bonita eres….”
Murcia capital está enclavada en el valle del río Segura. A simple vista, se podría dividir en dos partes: la ciudad histórica y la ciudad nueva. En la parte histórica o ciudad vieja, se encuentran aún restos de la ocupación árabe con algunos restos de la muralla que circundaba la ciudad, y otros edificios “morunos” como el Casino, construido en 1847 y ampliado a partir de 1902. No perderse su salón de baile, su patio, biblioteca y fachada. Existe la posibilidad de ver el casino íntegramente con visita guiada. Merece la pena. Además de los restos árabes, Murcia también cuenta con una parte “cristiana” en la que destaca su Catedral, imponente, que empezó a construirse en el siglo XVI. La Seo presenta una mezcla de estilos: gótico en la Puerta de los apóstoles, renacentista en el caso de la Capilla interior de Junterón y barroco, en la que destaca su fachada. No perderse tampoco el Museo Salzillo o Bellas Artes, donde se pueden ver los “pasos” creados por este artista murciano, y que se pueden ver cada año en la procesión matinal de Viernes Santo.
Se puede decir que los puntos de interés turístico de la capital se concentran en torno a la catedral. Las calles son prácticamente peatonales y antes de degustar un buen tapeo en la Plaza de las flores, el Diario recomienda pasear por las calles de Trapería y Platería, y perderse sin rumbo por las plazas que rodean, hasta llegar al Hotel Victoria, al Teatro Romea y al Edificio del Palacio Episcopal .En todos los rincones de la ciudad, como si formaran parte del “decorado”, aparecen los carteles de ¡¡¡Agua para todos!!!. Charlie y su ángeles no entendían muy bien su misión; todo el mundo pedía agua y sin embargo, el río Segura atraviesa la ciudad con caudal, en la gastronomía murciana lo que abundan son las frutas y hortalizas de la Huerta de regadío Murciana……Sospechosamente, la misión encomendada iba derivando en “Misión imposible”… Al final, llegaron a la conclusión de que los carteles pedían agua para algún parque temático tipo Acuarama, de esos que le gustan a Zaplana (que por algo es murciano), más agua para el centrifugado de las lavadoras o más agua y menos alcohol para los fines de semana….Era difícil saber la causa de tanto reclamo y como tampoco era cuestión de perder el tiempo, el “comando G” decidió cumplir otra misión con más cundimento: El tapeo!!!!!
Todo un “Sacramento” esto del tapeo murciano. En una plaza como la de las flores, con terrazas al aire libre y barras repletas de tapas diciendo “cómeme”, lo difícil es pasar de largo. Además el tamaño sí que importa por estos lares y las tapas son de campeonato. Para que os hagáis una idea, cuando pides una ración de pulpo, el camarero saca al “animalito con sus tentáculos y todo, y lo trocea ante todos los “parroquianos”. Los “trocitos” son impresionantes, vamos que nada que ver con el “cómun de las tapas mortales”. Y así con todo. Con dos o tres raciones XXL no hace falta ni comer después. El Diario os recomienda probar el “Zarangollo” (revuelto de calabacín), el Pisto también, hecho con hortalizas de la Huerta murciana, el “cazón” (pequeñas bolitas rebozadas de este tipo de pescado), los chirretes, la magra, etc, con unas cañitas de cerveza fresca. SIN PALABRAS!!!!!. Ya para entonces, la misión de Charlie y su ángeles estaba más que cumplida. Decidieron proclamar a Murcia “Ciudad de Tapeo histórico” ; el Patrimonio histórico lo dejaban para otras ciudades….El lema de qué “bonita eres” se sustituía en ese mismo momento por el de “Murcia qué tapitas tienes”!!!
Murcia capital no tiene mucho más que ofrecer, desde el punto de vista arquitectónico o artístico. En la provincia sí que se pueden visitar otro sitios como Lorca con su castillo y muralla medievales, La Manga del Mar Menor, que decepciona bastante al viajero, y otros lugares como Caravaca de la cruz, Cartagena, Mazarrón y un largo etcétera de localidades que quedan como asignatura pendiente del Diario Viajero. La Manga del Mar Menor aparte de ser un accidente geográfico que consiste en una barrera de tierra que separa dos mares y que forma una gran laguna litoral, no ofrece nada más. Para los que penséis que os vais a encontrar con un paisaje único, siento deciros que la Manga es, sobre todo, “una barrera de cemento” de apartamentos y hoteles que separa los dos mares. A parte de ser otro crimen arquitectónico, la Manga no ofrece mucho más.
Cuando llega la noche murciana, la gente sale a la calle y en pleno octubre se abarrotan las terrazas de los locales del centro de la ciudad. La temperatura es buenísima y los cubatas entran de par en par….Un lugar que se ha puesto muy de moda es la plaza de toros. En las arcadas de la plaza, debajo de los tendidos, se han puesto de moda varios garitos, con la misma decoración y con una marcha de “dos orejas y rabo”!!!! La idea es muy original y es una pena que no se haya “exportado” esta idea a otras plazas de toros, porque seguro que triunfaría….Hasta el amanecer dura la marcha murciana. Siempre queda la opción de recurrir a las afueras, donde hay naves con discotecas para todos los gustos, aunque reine la pachanga…
El Diario se despedía de Murcia con una promesa: volver para conocer mejor el resto de la provincia y con la promesa de consagrarse una vez más al tapeo de los tapeos….declarado por el Diario “Patrimonio gastronómico de la Humanidad”.