Del 6 al 13 de Noviembre 2011
Ser chipriota ¿qué significa? ¿Ser turco o ser griego?, ¿ser ortodoxo o ser musulmán? Una isla con una historia milenaria, una isla partida en dos, una isla alejada de Occidente pero formando parte de la Unión Europea. Reducto de los rusos para el verano, antigua colonia británica y paraíso fiscal para muchos. No tenía apenas información sobre este destino y sí muchas preguntas sin contestar, cuando me surgió la posibilidad de ir a Chipre por trabajo. ¿Cómo me lo iba a perder? Acepté participar en la misión comercial sin dudarlo ni un segundo. No imaginaba que en una isla remota del Mediterráneo hubiese tanto movimiento inmobiliario y tantas importaciones de mueble español pero sí, resulta que en la parte greco chipriota, los ingleses y los rusos se tuestan al sol mientras invierten en segundas residencias.
Salimos desde Girona, directamente al aeropuerto de Lárnaca. Actualmente este vuelo directo con Ryanair ya no está operativo. Hay posibilidades de hacerlo con escala en Bélgica con la compañía irlandesa o con otras escalas, con otras compañías low cost como easyjet. Una pena, porque Chipre como destino es muy interesante y merece un vuelo directo sin tener que hacer escalas. Con un desfase horario de 1 hora por delante, llegamos por la tarde a Larnaca y desde allí fuimos directamente al hotel que sería nuestro cuartel general en Limasol, la segunda ciudad más extensa de Chipre.
Limasol: ¿en Chipre o en el Levante?
En la bahía de Akrotiri, Limasol fue construida entre dos ciudades antiguas, Amatunte y Curio, por lo que durante el Imperio bizantino, era conocida como Neápolis (Nueva ciudad). Ciudad nueva, ciudad costera y ciudad en la que si cierras los ojos y no escuchas hablar a la gente en griego, podrías perfectamente pensar que estás en Benicassim o en Benidorm. La misma estética, las mismas playas de arena fina y los mismos hoteles de diferentes categorías con sus balcones dando al mar. El hotel “Crowne Plaza Hotel”, un 4 estrellas con precios altos con respecto a la media de la isla, se convirtió en nuestra “sala de operaciones” durante nuestra estancia en Chipre.
http://limassol.crowneplaza.com/.
Es difícil trabajar, reunirse con potenciales clientes mientras ves a la gente bañarse en la playa o en la piscina del hotel pero, más duro será picar piedra en una mina, digo yo. No, no teníamos ningún derecho a quejarnos. Mes de noviembre y 25 grados de media. Las jornadas de trabajo fueron intensas pero al volver al hotel teníamos la recompensa de tomar una copa en las terrazas del hotel con vistas al mar, mientras contábamos las anécdotas del día. En Limasol estuvimos desde la noche del domingo hasta el miércoles, el jueves y viernes escapada laboral a Beirut que se encuentra a media hora en avión de Chipre, y el fin de semana, volví a Chipre para “turistear” por la isla.
En Limasol, un lugar aparentemente nuevo, parece mentira que guarde un pasado tan “truculento”. Según parece, cuando el Rey de Inglaterra Ricardo Corazón de León https://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_I_de_Inglaterra estaba viajando rumbo a la tercera cruzada en la guerra Santa contra los infieles, en su camino destruyó la ciudad de Amatunte en el año 1191, dando por zanjado el dominio Bizantino sobre la isla. La mujer del rey inglés, Berenguela de Navarra y su hermana Juana, reina de Sicilia, viajaban con él, pero en distinto barco. Hubo una tormenta y el barco de las reinas se detuvo en Limasol. Issac Comnenus, que era entonces el gobernante bizantino en Chipre, https://es.wikipedia.org/wiki/Isaac_I_Comneno quería que las mujeres desembarcaran para secuestrarlas. Como rechazaron la oferta, este cruel gobernante se negó a darles agua fresca y se vieron obligadas a volver al mar. Ricardo Corazón de León, tiempo después se vengó y le venció. Cuando destruyó la ciudad de Amatunte, los ciudadanos se trasladaron a Limasol.
Chipre, la tercera isla más grande del Mediterráneo, después de Sicilia y Cerdeña, por su ubicación geográfica, como puente entre Asia, África y Europa, ha sido siempre, a lo largo de los siglos, una isla muy importante a nivel geopolítico. Codiciada, además de por su cobre y su madera de ciprés, utilizada en la fabricación de barcos en tiempos de los fenicios, por varias civilizaciones: griegos, asirios, persas, romanos, bizantinos, árabes, templarios, venecianos y británicos. El imperio otomano reconquistó la isla en el año 1570. Muchos años después, tras el Congreso de Berlín, Chipre pasó a formar parte de la administración británica el 12 de julio de 1878, siendo convertida oficialmente en colonia el 5 de noviembre 1914, con el inicio de la Primera Guerra Mundial.
En 1931 comienzan las primeras revueltas a favor de la enosis (unión de Chipre con Grecia). Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los grecochipriotas aumentan la presión por el fin del dominio británico. El Arzobispo Makarios lideró la campaña por la enosis y fue deportado a las islas Seychelles en 1956 tras una serie de atentados en la isla. https://es.wikipedia.org/wiki/Makarios_III . La figura de Makarios está presente en muchos puntos de la isla. Fue el gran libertador y Chipre lo honra como un héroe.
En el año 1960, Turquía, Grecia y Reino Unido firmaron un tratado de Independencia, y la isla dejó de ser colonia británica. En el año 1974 un golpe «pro-griego», apoyado por la dictadura griega de los coroneles, depuso al gobierno legítimo, lo que provocó la reacción de Turquía, quien invadió y ocupó militarmente el tercio norte de la isla con 30.000 soldados, incumpliendo ambas partes la legalidad internacional. Éste es el origen de la República Turca del Norte de Chipre, un estado de facto que solo es reconocido por Turquía y la Organización de la Conferencia Islámica. Es importante conocer la historia de la isla para intentar entender por qué en la capital, Nicosia, sigue existiendo un muro “vergonzante” que divide la ciudad en dos partes. Pero tiempo al tiempo, la visita de Nicosia la dejé para el final del viaje y merece un capítulo a parte.
Volviendo a Limasol, además de las playas y del paseo marítimo, hay varios puntos de interés turístico como el Castillo – museo medieval, del siglo XIV, dónde se celebró la boda entre Ricardo Corazón de León y Berenguela de Navarra, la zona del puerto pesquero, dónde se puede comer o cenar en restaurantes que ofrecen buen pescado, junto al antiguo barrio turco, los Museos arqueológico y etnográfico, y a pocos kilómetros también se puede visitar otro castillo, el de Kolossi.
Paphos – Santuario de Afrodita
Desde Limasol, una de las excursiones más cercanas es la que tiene como destino la localidad de Paphos (45 minutos en coche o bus) pasando por el Santuario de Afrodita, que se encuentra en el pueblo de Kouklia. Actualmente, es uno de los recintos arqueológicos de la civilización griega más importantes, con restos antiguos que datan del siglo XII A.C. Otro punto clave, para seguir el rastro de la Diosa del amor, es la playa de “Petra tou Romiou” una playa rocosa, dónde sobresale una gran roca que emerge del mar. Según la mitología griega, Afrodita, la Diosa del amor y la belleza nació en esta playa rocosa, de la espuma del mar que la baña. (afros significa espuma en griego). Se dice que si se nada alrededor de la gran roca, Afrodita concede una belleza eterna. (También cuenta la leyenda que las rocas que se formaron en la playa de Petra tou Romiou se formaron con los genitales cortados del dios Urano al ser arrojados al mar). Se crea o no en estas fabulaciones, si se tiene tiempo, merece la pena acercarse a un pequeño manantial, dónde se cree que Afrodita y Adonis se amaban. Se conoce al manantial como los “Baños de Afrodita” y suele estar siempre a tope de turistas: http://www.sunnyhill.com.cy/index.php/es/useful-links/256-baths-of-aphrodite
Al llegar por fin a Paphos con la mochila cargada de belleza eterna, la primera impresión es que se trata de otra ciudad costera, sin más. Bares y restaurantes no faltan. De hecho, Chipre ocupa el primer lugar en Europa, y el segundo en el mundo, superado por Japón, en número de bares por habitante. Pero Paphos es mucho más que sus terrazas al sol, es una ciudad Patrimonio de la Humanidad por su gran riqueza arqueológica. Hay varios lugares de interés arqueológico en esta localidad: Las Tumbas de los Reyes, un necrópolis extensa de tumbas que datan del siglo IV A.C., excavadas en la roca, y que se supone pertenecían a ciudadanos ricos y oficiales de alto rango. http://www.cyprusisland.net/attractions/tombs-kings
También merece la pena visitar las “Villas romanas de Kato-Paphos”: los pavimentos de mosaicos de estas villas aristocráticas (siglos III – V A.C.) están considerados como los mejores del Mediterráneo Oriental. Básicamente describen escenas de la mitología griega y son, junto a los mosaicos italianos de Ravena, únicos en el mundo: http://www.viatorimperi.com/kato-paphos.
El Museo Bizantino con una colección excepcional de Iconos pintados entre los siglos XII y XVIII, El Museo Etnográfico, la Iglesia de Agia Solomoni, con un árbol sagrado en su interior en el que la gente cuelga prendas personales para curar sus enfermedades, el Odeón del siglo II D.C. construido en piedra caliza, el Castillo de Saranta Kolones, El Castillo de Paphos, la Basílica de Panagia Limeniotissa, de principios del cristianismo, la Basílica de Chrysopolitissa, del siglo XIII, en cuyo interior destaca el conocido como Pilar de San Pablo, dónde el apóstol fue azotado antes de su conversión al cristianismo, y por último, la Iglesia de Theoskepasti, que según cuenta la leyenda, contó con protección divina durante los ataques otomanos, permaneciendo cubierta por una niebla “celestial”. Muchas y variadas razones para descubrir Paphos y no quedarse con su lado “playero”, únicamente. Nunca olvidaré, la comida a base de pescado y marisco fresco que comimos, invitados por uno de los clientes chipriotas que nos recibió. ¡¡¡Efjaristó Andreas!!!, lo tenía que escribir porque esa comida la recordaremos forever and ever! ¡¡Pá los restos!
Lárnaka – Ayia Napa – Cabo Greco
Desde Limasol también, pero hacia el otro lado, al lado opuesto de Paphos, se encuentra otra localidad interesante: Lárnaka. Aquí me encontré con la anécdota que resume un poco la esencia de Chipre. Fui a la oficina de turismo, y al funcionario de turno que estaba allí le pedí información sobre la parte turca de la capital Nikosia, a dónde tenía intenciones de ir el fin de semana. Me contestó casi perplejo que no podía informarme porque jamás había estado en la parte turca, ni tenía intenciones de hacerlo. Yo no podía creer lo que estaba oyendo porque no me lo decía cualquier persona, me lo decía una persona cuyo trabajo consiste en informar sobre los puntos de interés turístico de la Isla. Me quedó claro que sí, que informaba pero sólo y exclusivamente de la parte griega, de la turca como si no existiera..
El nombre de Lárnaka se conoce más que el de otras localidades chipriotas, entre otras razones, porque cuenta con el principal aeropuerto de Chipre. Para las hordas de turistas que quieren viajar a las playas de Ayia Napa (la Ibiza chipriota), Lárnaka es el punto de partida, la “base de operaciones”. Por eso, una vez más, nos encontramos con una ciudad que aparentemente es moderna y adaptada al turismo de “sol y playa”. Sin embargo, también ofrece al viajero varios puntos de interés histórico.
Lárnaka, lugar de nacimiento del filósofo Zenon, fundador de la Escuela Estoica, fue también el hogar de Lázaro, sí el que después de muerto resucitó por la gracia de Dios. La etimología del término Lárnaca evoca la palabra larnax que significa «tumba» en griego con alusión a los numerosos sarcófagos encontrados a lo largo de los siglos en las excavaciones arqueológicas.
El paseo marítimo no es tan largo como el de Limasol pero es muy bonito. Al igual que en Paphos, en Lárnaka también hay varios puntos de interés histórico: El Acueducto de Kamares, del que actualmente quedan 33 arcos de estilo romano, ubicado cerca del estadio Grigoris Afxentiou (buses urbanos nº 422 y 421), un lugar agradable para pasear, el Fuerte y el Museo medieval, al que se accede llegando hasta el final del Paseo de las palmeras (marítimo) hacia el sur, es un castillo-fortaleza del siglo XIV que alberga un pequeño museo medieval en su interior. La Gran Mezquita, muy cerca del Fuerte medieval y la Iglesia dedicada a San Lázaro – «Agios Lazaros», de arquitectura Bizantina del S. IX también se pueden visitar. Según la tradición aquí se encuentran las reliquias de Lázaro, el resucitado. Bajando a la cripta se encuentran varios sarcófagos, siendo uno de ellos el de San Lázaro.
Y si hay un lugar en Lárnaka que es inolvidable es el Hala Sultán en el Lago salado. Es uno de los lugares más emblemáticos de Lárnaka por su ubicación y por su significado. Flamencos, pelícanos, patos salvajes y cisnes pueblan el Lago Salado de Lárnaca durante el invierno y la primavera. Cuenta la leyenda que Lázaro cuando llegó a la isla, pidió un racimo de uvas a la dueña de un viñedo de la zona. Al negarse, Lázaro la castigó convirtiendo el viñedo en un lago salado. Sea cual sea el origen, el lago es un marco incomparable para la Mezquita de Hala Sultan Tekke, construida sobre la tumba de Umm Haram, que murió al caerse de su mula. ¿Y quién era esta mujer? Algunos dicen que era la mujer del general de la invasión árabe de Chipre del año 649 A.C. para otros era la nodriza del profeta Mahoma. El caso es que es un lugar importante de peregrinación para los musulmanes. (Para ir desde Lárnaka, si no hay coche, en bus hay que subirse en la parada de Finikoudes, línea 440 en dirección al aeropuerto, y bajarse en la parada Tzami Oum Charam).
https://travel.sygic.com/es/poi/hala-sultan-tekke-poi:4480
Arte, historia… ¿y las playas? Cómo mencionaba antes, Lárnaka es el punto de referencia para los turistas que viajan en masa a las playas de Ayia Napa, la “Ibiza” chipriota. Hay listados que afirman que en el “top ten” de las mejores playas europeas, estas playas encabezan el ranking. La Playa de Nissi, de arena dorada y con una pequeña isla a 100 metros, a dónde va la gente nadando sin problemas, es una de las más frecuentadas. A tan sólo 10 km de Ayia Napa, se encuentra la localidad de Protaras, con otras dos playas muy conocidas: la Bahía de la Higuera y la Bahía de la Sirena. En el mes de noviembre, apenas vimos algunos turistas británicos, ya con la piel sonrojada, con ese tono “roji-gamba” tan “british”. No quiero imaginarme las masas de ingleses y rusos que invaden literalmente las 59 playas chipriotas, que por cierto, todas son de bandera azul. https://www.beach-inspector.com/es/chipre-playas/playa-ayia_napa
Antes de abandonar Ayia Napa, otro lugar mágico a visitar es el Parque Nacional de Cabo Greco. A diez minutos en coche del centro de Ayia Napa, está considerado como uno de los puntos más visitados y bonitos de Chipre. Es la “punta” orográfica que delimita la isla al sureste, en la bahía de Famagusta. Para los amantes del buceo y del snorkel es un paraíso de acantilados con aguas cristalinas. Nos tocó un fuerte viento pero aún así, disfrutamos mucho del entorno. Las vistas sobre el mar, a través de las “ventanas naturales” que se han ido formando en las rocas erosionadas son sencillamente inolvidables. Ver para creer: www.youtube.com/watch?v=5CbEzhhte7Q
Nikosia, la capital con el corazón “partío”
La capital chipriota con el corazón “partío” se encuentra en el centro de la isla. Lo primero que no hay que olvidar es el pasaporte, si se quiere entrar en la parte turca de Nikosia. El reglamento vigente permite una estancia de un máximo de dos días. Hay 5 puntos de acceso, y en la capital el único punto de acceso para cruzar la “línea Atila”, que divide la isla en dos partes, se encuentra cerca del Hotel Ledra Palace de Nicosia, al final de la calle Ledra, la más comercial.
Salimos temprano desde Limasol en bus. Hablo en plural porque tuve la suerte de compartir el fin de semana en Chipre con mi madre, después de haber trabajado toda la semana duramente… (Sí, venciendo las tentaciones de una isla que invita a todo menos a trabajar). No hay trenes en Chipre, pero el estado de las carreteras es bastante bueno. Los medios de transporte más utilizados son el bus y el servicio compartido de taxi intercity.
A medida que fuimos en bus cruzando la isla hacia el norte, hacia la capital, vimos desde la ventanilla, a lo lejos la parte montañosa de la isla, el valle de Troodos, mundialmente famoso por varias razones. Una de las principales es que la zona ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por el valor de las iglesias y monasterios bizantinos que se construyeron en las montañas, huyendo de los peligros de las áreas costeras. El centro del valle, lo ocupa el colosal Monte Olympos con sus 1951 metros de altitud. Fue una lástima no poder recorrer esta zona porque nos hubiese encantado ver los templos bizantinos encaramados en las montañas o en el fondo de los valles. http://www.abcviajes.com/turismo/troodos_sus_iglesias_bizantinas.php
Cuando por fin llegamos a Nicosia, una ciudad cuyo centro histórico está amurallado, localizamos enseguida la calle principal, la calle Ledra, nombre por el que se conocía la ciudad en la antigüedad. El término de Nicosia comenzó a usarse durante la ocupación de la isla por lo templarios, en el siglo XII. Pese a los destrozos que ocasionaron los turcos en su ocupación, en Chipre en general, y en la capital en particular, se han conservado importantes restos arqueológicos griegos del período arcaico, así como, restos de la arquitectura gótica, introducida por los “latinos” templarios, como la afamada catedral gótica de Nicosia.
La calle más comercial y por la que se accede al único punto en la capital desde el que se puede pasar al lado turco, es una calle muy animada, llena de gente que entra y sale de las tiendas. Paseamos por esta calle y también callejeamos por los alrededores. Nos gustó mucho la zona llamada “Laiki Yitonia”, un área peatonal que comprende una gran parte del barrio antiguo, con edificios antiguos restaurados y otros nuevos, mezclados con las clásicas “tabernas” chipriotas, construidos con elementos arquitectónicos tradicionales y típicos de la isla. La Iglesia más grande y espectacular de Nicosia, se llama Faneromeni. Su rasgo diferenciador más importante es que posee en su interior un mausoleo donde fueron enterradas las reliquias de los obispos y sacerdotes ejecutados por los otomanos. Por supuesto, también merece visitar la Catedral se San Ioannis del s. XVI, sede del arzobispado ortodoxo, con sus grandes murales de escenas bíblicas.
Y así, poco a poco, llegamos al momento cumbre el día. Llegamos al único punto por dónde se puede cruzar la llamada “línea verde” o “línea Atila”. Impresiona y mucho ver un muro militar que, según leo, tiene 180 kilómetros de longitud. A diferencia del muro de Berlín que afortunadamente ya cayó, el muro de Nicosia es más vergonzoso si cabe, porque más allá de los motivos político-económicos, aquí es una cuestión de etnias y de religión. La separación de los griegos y los turcos es tan evidente y tan triste que dudo mucho que caiga el muro a corto plazo. Han empezado a demoler una parte pero, aún queda mucho muro por derribar.
Pasar de un lado a otro, es como pasar de la vida a la muerte. En el lado griego, la calle Ledra es todo gentío, voces y animación. Sin embargo, cuando pasas al lado turco, el paisaje es mucho más desolador, apenas hay gente, un pequeño bazar con tiendas y poco más. Turquía sigue manteniendo a 35.000 soldados que velan por 80.000 turco-chipriotas que viven en la parte norte de la isla. Los trámites a seguir son los mismos que si uno viaja a Turquía: pasaporte y visado. Se debe evitar que las autoridades turcochipriotas sellen nuestro pasaporte, en su lugar deben expedir el «visado» en una hoja aparte. Un sello turcochipriota nos ocasionará problemas al volver a la parte sur y también al mostrar el pasaporte en Grecia (nunca puede ser excusa para denegarnos la entrada, pero es mejor evitar molestias innecesarias). A la hora de conducir, si se quiere pasar a la parte turca en coche hay que sacarse el carnet de conducir internacional. Y además, hay que sacarse dos seguros de coche, porque el válido para la parte turca no lo es para la parte griega y viceversa. En avión, si se quiere llegar a Chipre por la parte turca, sólo se puede hacer desde Turquía. El aeropuerto de Ercan no está reconocido internacionalmente (no hay forma de reclamar retrasos e incidencias), y si se intenta cruzar al sur tendremos problemas por haber cruzado la frontera entre Turquía y Chipre de forma irregular.
Es recomendable no dejarse atraer por las ofertas de propiedad inmobiliaria a bajo precio en el norte de Chipre. Por lo general se trata de casas de los griegos que fueron expulsados de su legítima propiedad por los turcos. Además de las sentencias internacionales reconociendo el eventual derecho al retorno de esos refugiados, los contratos firmados en la ‘República Turca del Norte de Chipre’ no son reconocidos en ninguna otra parte del mundo. Cito textualmente los textos del blog: https://www.diariodelviajero.com/europa/chipre-la-isla-dividida
Nosotras optamos por pasar al lado turco a pié, por el paso que hay en la Calle Ledra. Nos hubiese gustado adentrarnos más en la parte turca e incluso, visitar la ciudad “fantasma” de Varosha, pero tampoco teníamos ni tiempo, ni ganas de complicarnos la vida. Sí que nos dio tiempo a ver las casas y edificios abandonados de la zona “neutral”. El lado turco huele a Kebbab, y la gran Mezquita que aparece, nada más cruzar la línea verde es impresionante (es la foto que he elegido para encabezar del diario). La Mezquita de Selimiye, aunque antes de la ocupación se conocía como la Catedral gótica de Santa Sofía, es colosal. Mirar al cielo y ver las aves que dan vueltas a los minaretes de la mezquita es una de las imágenes que más recuerdo de Chipre. Estuvimos un buen rato callejeando por el lado turco y la verdad es que es un contraste total. Y eso que aún vimos gente, porque la ciudad de Varosha, debe ser ya para cortarse las venas y no dejárselas crecer…
Se trata del distrito de Varosha en Famagusta, un destino que en los años 70 llegó a convertirse en uno de los lugares turísticos más populares del mundo. Para satisfacer la demanda, se construyeron decenas de hoteles y apartamentos. Cuando el Ejército Turco tomó el control de la zona durante la invasión, valló la ciudad. Desde entonces se ha prohibido el acceso, excepto a militares turcos y personal de Naciones Unidas. Hoy por hoy, es una zona llena de hoteles y edificios abandonados. Dónde antes de la invasión, acudían famosos como Elizabeth Taylor, Richard Burton, Raquel Welch o Brigitte Bardot, ahora es un erial, una ciudad fantasma que haría las delicias de los guionistas de la serie “Walkind dead”. Este documental que filmó Mihalis Kakoyannis, el director de cine griego de “Zorba el Griego”, lo explica todo (versión griega, claro): https://www.youtube.com/watch?v=CRU8CTEsrSQ
Cuando regresamos de nuevo a la parte “occidental” de Nicosia, nos quedó un sabor de boca un tanto agridulce. No tiene que ser nada fácil convivir con esta sinrazón. Antes de la separación, según me documento las relaciones entre griegos y turcos eran bastante cordiales. Los griegos se quejan de los “nuevos turcos” que llegaron tras la separación para repoblar la zona, con la promesa del gobierno turco de que tendrían casa y trabajo. En fin, creo que después de haber visto con mis propios ojos lo que allí se resiente, la cosa va para largo…
Y así acabamos el periplo chipriota, volviendo en bus a Limasol para recuperar las maletas, y dormir en Lárnaca desde dónde saldría el avión de vuelta, al día siguiente. El hotel de Lárnaca dejaba mucho qué desear, sobre todo, después del 4 estrellas de Limasol. Compensamos con una buena cena de despedida, con vistas al mare nostrum….
Y digo yo.. Si Lázaro resucitó, puestos a imaginar, podría darse el caso de que la Diosa del Amor, la Diosa Afrodita que reina en Paphos, fulminase con sus tentáculos mágicos la línea verde de un plumazo. Delirios chipriotas, es lo que tiene acabar un viaje bebiendo varias birritas “keo” , “made in Cyprus”.